miércoles, 22 de febrero de 2012

El Bibio enmarca el carnaval

La escuela convierte a sus alumnos en figuras de cuadros de Díaz de Orosia, un autor que retoma su serie antroxera a partir de manchas de color infantiles

La Nueva España/A.R..- El artista gijonés Roberto Díaz de Orosia nunca podrá decir que los niños no son fuente de inspiración. En su caso, las manchas de acuarela con las que los alumnos de 3 años de la escuela laboral infantil El Bibio llenaron unos cuantos folios en blanco le han servido de inspiración para retomar su serie de figuras carnavalescas.

Obra inédita de Díaz de Orosia a partir de un dibujo
de los menores de El Bibio. // LNE


Una chica cancán, un oso, caballos, flores y arlequines acabaron apareciendo, gracias al ojo del maestro, en lo que poco antes sólo eran unos folios coloridos que los niños regalaron al artista tras su colaboración con la escuela. Porque este año, en El Bibio han enmarcado el Carnaval y lo han incorporado al innovador proyecto de arte que la escuela lleva desarrollando en los últimos cursos. Un proyecto que con anterioridad les permitió estrechar lazos y conceptos artísticos con la asturiana Paula Fernández, y el mismo que les llevó a participar con gana en los talleres de Laboral Centro de Arte.

«El arte es una constante en la agenda educativa de esta escuela», sostiene Mari Cruz Collado, directora de El Bibio. Cuando surgió la propuesta de buscar una colaboración con Díaz de Orosia, en el centro aseguran que «hubo quórum rápido. A favor jugaba el hecho de que es un pintor asturiano, accesible, costumbrista, con un contenido plástico muy adecuado para trabajar en las aulas a edades tempranas y que ha abordado prolijamente el Carnaval y también los bodegones», lo que de cara a los niños parecía muy adecuado. Así fue como entró Díaz de Orosia en el centro, con el ánimo de introducir a los niños de 2 a 6 años en sus tramas de Carnaval, y a los menores en los bodegones, aprovechando que las frutas les son familiares, «ya que es algo que prueban, conocen y chupan», explican desde El Bibio.

El proyecto educativo llevó a los niños al taller del artista; a pintar con tizas el cuadro «Mazcaritas», de Orosia, pero sobre los propios retratos de los alumnos; a llevar su pasión por el color a los folios y, también, a pintar murales que simulaban obras de Orosia, ante las que los propios escolares posaron como figuras de su Carnaval, imitando toda la composición las obras «Mascarada» y «Carnaval en Gijón».

Y aunque ahí, en una fiesta donde el Carnaval y el arte se fundió en un todo, podrían haber acabado los dos meses de trabajo entre El Bibio y Orosia, al final hubo un añadido aún mejor. El hecho de que, con algunos de los trabajos infantiles entregados a Orosia, él también encontró una fuente de inspiración. Y sigue el Carnaval

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