Yo ya digo que lo de la Escuela de Música de la Banda de
Villaviciosa en Quintes -los jueves por la tarde son las clases en la sede de
la Sociedad Cultural Recreativa Clarín -tiene un reportaje guapo. Lo dejo caer por si topo
con algún lector-plumilla.
Hablaba de la santa paciencia y vocación de Toño, la persona
que ha dado un giro a la banda municipal maliaya. Rodeado de un jovencísimo
equipo (buena parte, niñ@os) ha sabido mover su batuta con acierto para
aglutinar a políticos, padres, chavales, asociaciones y vecindad en torno a su
proyecto musical. Aquella ‘banda de Toño’ que hace un escaso año debutaba en un
concierto en Quintes aún sin bautizar (cierto que no tenían nombre; la que
firma no sabía entonces cómo presentarlos en su estreno oficial en la iglesia
de Quintes en diciembre de 2011) celebra su primer cumpleaños convertida en
capital de la banda municipal, con un proyecto educativo – la escuela- , mucho entusiasmo y, lo más
importante para un músico, el reconocimiento de su público.
Tenían que haberles visto (algunos tuvimos la suerte) ayer,
sábado 24 de noviembre, en el concierto en honor a Santa Cecilia que ofrecieron
en el Teatro Riera. Salieron a hombros. Conquistaron. Ellos y sus colaboradores,
la Gigia Sax Band, dirigida por Juan Antonio Menéndez, saxofonista y director
de la Escuela de Música de Viesques. Los dos directores y músicos casan bien.
Son de la misma “escuela”. Entiéndanme, lo que quiero decir es que comparten
onda educativa. Fuera del séquito de ‘la música con sangre entra’ tan vivo aún
en esto de la enseñanza musical en algunos profesionales que quizá sepan mucha música
pero poco de cómo enseñarla, que acaban matando el amor por la música (si no el
amor propio) en tantos chavales. Mucha técnica y poca pedagogía, poca mano
izquierda y alegría, caray. ¿Acaso no es eso la música (alegría)? No es el caso
– no es éste el déficit- de Toño y Juan.
Un placer la conexión y complicidad que ambos tienen con su
gente (sus músicos), ellos entre sí y su gente con su gente. A la vista estuvo
en el concierto de Santa Cecilia en el Riera. Simbiosis que se percibe natural
y que como tal la transmiten y llega.
A esta banda que ahora se apellida ‘de Villaviciosa’ le
gusta innovar y tocan para TODOS. Innovación y café para todos no están
reñidos. En su repertorio hay sitio para los mayores, guiños juguetones para
los niños, fuerza y viveza para despertar a quien iba con intención de echar
una cabezadita, temas modernos para divertir a los jóvenes y no tan jóvenes… El
viento más clásico con la percusión y la voz destilaron versiones irrepetibles
por cuanto únicas en su interpretación de composiciones de Prince (Purple Rain), J.
Cristopher y M. James (Always on my mind) u Orzabal y Roland (Woman in chains).
En el momento en que demuestran su destreza técnico-musical
las bandas el respeto del público ya lo tienen. Pero es que éstas, la de
Villaviciosa y la Gigia Sax Band, además tienen el cariño y la entrega hasta del
más profano. Porque la cercanía, gracia y humor que sus líderes y colaboradores
demuestran es lo que les hace conectar con la gente. Música para el pueblo con
el pueblo. Helo ahí.
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